Resumen

sábado, 25 de enero de 2020

Fotos de posibles partes del Tesoro


Penacho - Museum für Völkerkunde - Vienna - Cat No. 10,402

Los dos componentes principales del Tesoro, que son las dos gigantescas ruedas de oro y de plata, de cerca de 2 metros de diámetro y 5 centímetros de grosor cada una, que representaban el calendario azteca y la luna, respectivamente, fueron fundidas para hacer monedas, por orden del Emperador Carlos V, acuciado por sus enormes deudas.

De los otros componentes descritos de una manera u otra en los diferentes inventarios que hemos incluido en este Blog, no se sabe con certeza si sobrevivieron.

Sin embargo, con la ayuda de expertos, como Christian Fest, Karl Anton Nowotny y otros curadores del museo etnológico (Museum für Völkerkunde) de Viena, Austria, donde fueron a parar los remanentes de las obras de arte americanas recogidas por la corona española, se considera que las siguientes piezas pudieron formar parte del Tesoro.

Aún si no lo eran, son de la misma época y si se comparan las imágenes con las burdas descripciones de quienes hicieron los inventarios, podría encontrarse semejanza.

Manera de colocación del Penacho


Escudo (rodela) Azteca con mosaico de turquesas - Museum für Völkerkunde - Vienna - Cat No. 43,379

Escudo (rodela) adornado de plumas - Museum für Völkerkunde - Vienna - Cat No. 43,380

Efigie en madera de Deidad con Dos Cuernos - Museum für Völkerkunde - Vienna - Cat No. 12,585

Venteador de plumas - Parte Delantera - Museum für Völkerkunde - Vienna - Cat No. 43,281

Serpiente - Museo Metropolitano de Nueva York

Espejo de obsidiana - Museum für Völkerkunde - Vienna - Cat No.  10,416

Representación de Quetzalcóatl como Dios del viento - Usando prendas enviadas a Cortés - Códice Magliabechiano






Inventario aportado por Antonio de Herrera y Tordesillas


Antonio de Herrera y Tordesillas - Wikimedia

Antonio de Herrera y Tordesillas, escribió en 1730, en su Historia General de los hechos de los Castellanos en las Islas y Tierra Firme  del Mar Océano, Década II, Libro V, Imprenta Real de Nicolás Rodríguez Franco, Madrid, un inventario resumido:

“Volvió al fin Teuthlille con el Caballero Mexicano con más de cien Indios cargados. Y hechas sus reverencias y comedimientos, llevando delante Braseros en que echaban el sahumerio que usaban de Copal, el Mexicano habló, dando a Hernando Cortés la bienvenida.

Y luego, tendidas Esteras, i encima de ellas:

Mantas de Algodón, pusieron diversidad de camisetas y

Telas de Algodón delicadísimas, entretejidas con Plumas de Aves muy delicadas y de diversos colores.

Rodelas (escudos), hechas de Varas delgadas muy blancas, entretejidas con Plumas  y con Patenas de Oro y de Plata, y en otras Perlas menudas, como Aljófar, pues no se puede decir su artificio, lindeza y hermosura.

Un Casquete de Madera muy sutil, cubierto de Granos de Oro por fundir

Un Capacete de Planchas de Oro y Campanillas colgadas y encima asentadas unas Piedras, como Esmeraldas.

Penachos de varias Plumas grandes, con los cabos de Argentería de Oro colgando

Mosqueadores de Plumas ricas, con mil lindezas de Oro y Plata y por maravilloso artificio hechos:

Brazaletes y otras Armaduras de Oro y Plata que usaban en sus Guerras: de tal manera con sus Plumas verdes y amarillas entrepuestas

Cueros de Venado muy adobados y colorados, que no se puede bien decir su hermosura y hechura

Alpargates, ó Sandalias de Cuero de Venado, cosidos con hilo de Oro; y por suelas una Piedra blanca y azul, cosa preciosa y muy delgada, sobresuela muy delgada de algodón

Espejos hechos de Margagita (?), que es un Metal hermosísimo, como Plata muy resplandeciente. Y estos grandes como un puño, redondos como una bola, engastados en Oro, que dejado el valor del Oro, sola la hechura y hermosura suya se pudiera vender muy cara y que a cualquier Rey y Señor Grande se pudieran presentar.

Muchas Mantas y Cortinas para Cama, delgadísimas de algodón, que parecían ser más ricas que si fueran de Seda y de diversos colores

Muchas Piezas de Oro y Plata

Un Collar de Oro que tenía más de cien Esmeraldas y muchos más Rubíes ó Piedras que lo parecían y colgaban muchas Campanillas de Oro

Otro Collar con muchas Esmeraldas y ciertas Perlas ricas y la hechura admirable

Otras Piezas pequeñas como Ranas y Animalejos

Joyas como Medallas, chicas y grandes, que solas las manos ó el primor del artificio de ellas, valía más que el Oro y Plata

Granos de Oro por fundir como se sacaban de las minas, como Garbanzos y mayores.

Dos Ruedas, la una de Oro, esculpida en ella la figura del Sol, con sus Rayos y Follajes y ciertos Animales señalados que pesaba más de cien Marcos; la otra era de Plata, con la figura de la Luna, labrada de la misma manera que el Sol, de cincuenta y tantos Marcos: tenía de grueso como un real de a cuatro y todas macizas: tenían en redondo cada una lo que una rueda de carreta.

Quedaron todos los que las vieron suspensos y admirados de tan gran riqueza. Y juzgóse que valdría el Oro y Plata que allí había, veinticinco mil Castellanos; pero la hechura y hermosura de las cosas mucho más valdría de otro tanto”.[Antonio de Herrera y Tordesillas, Historia General de los hechos de los Castellanos en las Islas y Tierra Firme del Mar Océano, Década II, Libro V, Imprenta Real de Nicolás Rodríguez Franco, Madrid, 1730] (p. 118)".

Inventario resumido de López de Gómara


Francisco López de Gómara - Google images

El cronista y conquistador (soldado) Francisco López de Gómara, en su “Historia de la Conquista de México” (Fundación Biblioteca Ayacucho, Caracas, 2007), escribe:

“Así pasaron siete y ocho días con muchas visitas de indios, y esperando al gobernador, y la respuesta de aquel tan gran señor como todos decían; el cual luego vino con un presente muy gentil y rico, que era de muchas mantas y ropetas de algodón blancas y de color y labradas, como ellos usan; muchos penachos y otras lindas plumas y algunas cosas hechas de oro y pluma, rica y primamente obradas; cantidad de joyas y piezas de plata y oro, y dos ruedas delgadas, una de plata, que pesaba cincuenta y dos marcos, con la figura de la luna, y otra de oro, que pesaba cien marcos, hecha como sol, y con muchos follajes y animales de relieve; obra primísima.
Tienen en aquella tierra a estas dos cosas por dioses, y les dan el color de los metales que les semejan. Cada una de ellas tenía hasta diez palmos de ancho y treinta de ruedo. Podía valer este presente veinte mil ducados o poco más; el cual presente tenían para dar a Grijalva si no se fuera, según decían los indios [en San Juan de Ulúa, Capítulo XXVII, p. 56]”

Luego:
Por eso, que se lo tomase todo, y enviase al rey sus derechos muy cumplidamente y lo mejor. Cortés les dijo que tiempo había para tomar él aquello que le daban para sus muchos gastos y deudas, y que de presente no quería más parte de lo que le tocaba como a su capitán general, y lo demás fuese para que aquellos hidalgos comenzasen a pagar las deudillas que traían por venir con él en esta empresa; y porque lo que él tenía ojo a enviar al rey, valía más que lo que le venía del quinto, les rogó no se lo tuviesen a mal, pues era lo primero que enviaban y cosas que no se sufrían partir ni fundir, si excediese de lo acostumbrado, no curando de quintar a peso ni suertes; y como halló en todos ellos buena voluntad, apartó del montón lo siguiente:

Dos ruedas de oro y plata que dio Teudilli de parte de Moteczuma.

Un collar de oro de ocho piezas, en que había ciento ochenta y tres esmeraldas pequeñas engastadas, y doscientas treinta y dos pedrezuelas, como rubíes, de no mucho valor; colgaban de él veintisiete como campanillas de oro y unas cabezas de perlas o berruecos.

Otro collar de cuatro trozos torcidos, con ciento y dos rubinejos, y con ciento setenta y dos esmeraldas; diez perlas buenas no mal engastadas, y por orla veintiséis campanillas de oro. Entrambos collares eran de ver, y tenían otras cosas primas sin las dichas.

Muchos granos de oro, ninguno mayor que garbanzo, así como se hallan en el suelo.

Un casquete de granos de oro sin fundir, sino así groseros, llano y no cargado.

Un morrión de madera chapada de oro, y por fuera de mucha pedrería, y por bebederos veinticinco campanillas de oro, y por cimera un ave verde, con los ojos, pico y pies de oro.

Un capacete de planchuelas de oro y campanillas alrededor, y por la cubierta piedras.

Un brazalete de oro muy delgado.

Una vara, como cetro real, con dos anillos de oro por remates, y guarnecidos de perlas.

Cuatro arrejaques de tres ganchos, cubiertos de pluma de muchos colores, y las puntas de berrueco atado con hilo de oro.

Muchos zapatos como esparteñas, de venado, cosidas con hilo de oro, que tenían la suela de cierta piedra blanco y azul, y muy delgada y transparente.

Seis pares de zapatos de cuero de diverso color, guarnecidos de oro o plata o perlas.

Una rodela de palo y cuero, y a la redonda campanillas de latón morisco, y la copa de una plancha de oro, esculpida en ella Vitcilopuchtli, dios de las batallas, y en aspa cuatro cabezas con su pluma o pelo, al vivo y desollado, que eran de león, de tigre, de águila, y de un buharro (corneja, ave de rapiña parecida al búho).

Muchos cueros de aves y animales, adobados con su misma pluma y pelo.

Veinticuatro rodelas de oro y pluma y aljófar (perla de forma irregular y comúnmente pequeña), vistosas y de mucho primor.

Cinco rodelas de pluma y plata.

Cuatro peces de oro.

 Dos ánades y otras aves, huecas y vaciadas de oro. 

Dos grandes caracoles de oro, que acá no los hay

Un espantoso cocodrilo, con muchos hilos de oro gordo alrededor.

Una barra de latón, y de lo mismo ciertas hachas y unas como azadas.

Un espejo grande guarnecido de oro, y otros chicos.

Muchas mitras y coronas de pluma y oro labradas, y con mil colores y perlas y piedras.

Muchas plumas muy gentiles y de todos colores, no teñidas, sino naturales.

Muchos plumajes y PENACHOS, grandes, lindos y ricos, con argentería (bordadura o filigrana brillante) de oro y aljófar.

Muchos ventalles y moscadores (aventadores, espantamoscas, ventiladores) de oro y pluma, y de pluma sola, chicos y grandes y de toda suerte; pero todos muy hermosos.

Una manta, como capa de algodón tejido, de muchas colores y de pluma, con una rueda negra en medio, con sus rayos, y por de dentro rasa.

Muchos sobrepellices y vestimentas de sacerdotes, palios, frontales y ornamentos de templos y altares.

Muchas otras de estas mantas de algodón, o blancas solamente, o blancas y negras escacadas, o coloradas, verdes, amarillas, azules, y otros colores así. Mas del envés sin pelo ni color, y de fuera vellosas como felpa.

Muchas camisetas, jaquetas, tocadores de algodón; cosas de hombre. 

Muchas mantas de cama, paramentos y alfombras de algodón.

Eran estas cosas más lindas que ricas; aunque las ruedas cosa rica era, y valía más la obra que las mismas cosas, porque los colores del lienzo de algodón eran finísimos, y los de pluma naturales.

Las obras de vaciadizo excedían el juicio de nuestros plateros; de los cuales hablaremos después en conveniente lugar.

Algunos libros (códices!) de figuras por letras, que usan los mexicanos, cogidos como paños, escritos de todas partes. Unos eran de algodón y engrudo, y otros de hojas de metl, que sirven de papel; cosa harto de ver. Pero como no los entendieron, no les estimaron [en la recién fundada Villa Rica de la Veracruz, Capítulo XXXIX, pp. 79-82]”

¿Qué pasó con las gigantescas ruedas de oro y plata?


Calendario Azteca - Wikimedia


Desgraciadamente, fueron fundidas, debido a las constantes crisis financieras del Emperador Carlos V, com las fabulosas sumas que tuvo que pagar como sobornos para que le nombrasen Emperador, en lugar del rey de Francia, dinero que pidió prestado a los mayores banqueros de la época, a pesar de las fabulosas fortunas que recibía en oro y plata.
La prueba reina es que ya no existen.

Otra prueba:
Barcelona, 11 de Mayo de 1535, noche, Carta del embajador Salinas al Secretario Castillejo: “(El Emperador Carlos V) Ha ordenado de venir a esta ciudad los monederos de todos sus reinos y hecho traer el oro y plata de las Indias para que aquí se labre por escudos (monedas), y de ésta moneda será proveído y servido. Aquí se han traído las tinajas del oro y plata para ser labrada la moneda”.[ Martín de Salinas, El emperador Carlos V y su corte según las cartas de Don Martín de Salinas, embajador del infante Don Fernando (1522-1539), Fortanet, Madrid, 1903. Carta No. 277,] (p. 648).

En 1535, Martín de Salinas era secretario y embajador de Fernando, Rey de los Romanos, Hungría y Bohemia en la corte de Carlos V. Texto citado en el libro: Cultural Hierarchy in XVI Century Europe: The Ottomans and the Mexicans, Carina L. Johnson, Cambridge University Press, 2012, p. 97.

Continúa la Sra. Johnson: “Estos objetos de oro y plata fueron fundidos para financiar la nueva ofensiva de Carlos V contra Túnez, que había sido tomada y mantenida por un súbdito Otomano, Hayreddin Barbarossa. Otros objetos de estos tesoros enviados antes que no pudieron ser fundidos parecen haber desaparecido de los registros escritos durante décadas después de 1520. ¿Qué pasó durante los 15 años comprendidos entre 1520 y 1535? …


Escribe Pedro Mártir de Anglería (Wikipedia: Pedro Mártir de Anglería, en italiano Pietro Martire d'Anghiera (Arona, Milanesado, 2 de febrero de 1457 - Granada, octubre de 1526), fue un humanista y cortesano al servicio de los Reyes Católicos y de sus sucesores. Fue miembro del Consejo de Indias (1520-26)1​ y cronista de Indias (1520), ocupó diversos cargos eclesiásticos y llevó a cabo una misión diplomática a Egipto. Se le conoce principalmente por sus escritos acerca del descubrimiento de América):

“ Trajeron dos muelas (ruedas) de molino, una de oro y otra de plata, macizas, de casi igual circunferencia, y de veintiocho palmos. La de oro pesa tres mil ochocientos castellanos; ya dijimos que el castellano es una moneda de oto que vale una cuarta parte más que el ducado. El centro lo ocupa, cual rey sentado en su trono, una imagen de un codo, vestida hasta la rodilla, semejante a un zeme, con la cara con que entre nosotros se pintan los espectros nocturnos, en campo de ramas, flores y follaje. La misma cara tiene la de plata, y casi el mismo peso, y el metal de las dos es puro".

Calendario Azteca


Escribe Francis Augustus McNutt, traductor (latín-inglés) de la obra de Pedro Másrtir de Anglería
"Desafortunadamente para la Historia de América,  parece que no había ninguno dentro del grupo de Cortés (y dentro de la clase culta europea de la época, añadimos) que comprendiese la importancia de conservar éstos registros.
Muchos de los misioneros que llegaron después de los Conquistadores consideraron la destrucción sistemática de todo lo que permitiese perpetuar las creencias y prácticas paganas como esenciales para su éxito. La posteridad ha deplorado su celo indiscriminado.
Es problemática la pérdida que ha significado la destrucción de libros y registros decretados por los Obispos Fran Juan de Zumárraga en México y Fray Diego de Landa en Yucatán.
Parece que los Mexicanos sabían sorprendentemente poco sobre el origen y la historia temprana de sus tribus; cuando los Españoles conquistaron la península de Yucatán, no hubo nadie capaz de descifrar los jeroglíficos tallados en los templos y monumentos.
Si bien no podemos medir la culpa debida a los destructores, podemos y debemos reconocer nuestra deuda con hombres como Sahagún, Torquemada, Motolinía, Acosta y otros, todos miembros de órdenes religiosas, a quienes, con sus grandes esfuerzos, debemos la preservación de tales registros  que ahora son patrimonio de la Humanidad".
Pocos años después de la Conquista, casi no había nadie capaz de descifrar los registros nativos o interpretar los Códices:  Ixtlilxochitl afirma que en su tiempo sólo existían dos hombres muy viejos capaces de hacerlo: Nota del Editor (Francis Augustus MacNutt, traductor del Latín al Inglés de De Orbe Novo, The Eight Decades (1457-1526)”, de Pedro Mártir de Anglería, Vol. II, 1912, G.P. Putnam´s Sons, New York, London, pp. 40-41. Pedro Mártir de Anglería, “Décadas del Nuevo Mundo”, Ediciones Polifemo, Madrid, 1989

Escribe Marcos Jiménez de la Espada:
“...y don Francisco (de Toledo, virrey 1569-1581), respondiendo a los deseos de su amo, en Carta del Cuzco (10. de Marzo de 1572), le decía: Codicia he tenido en que entre las memorias de grandezas que de otros reinos V. M. puede tener en sus armerías y recámara… Sin embargo, la pieza que más hubiera lucido en el real gabinete (creía el de Toledo) que debía tener otro destino: La imagen del sol, toda de oro fino, “Tamaña como la Rueda de un Carro” de igual tamaño y también representando al sol como la que regaló Moctezuma a Hernán Cortés y su Cabildo envió a la Reina Juana y su Hijo, según comparación del Cronista Felipe de Pomanes (o Pamanes)[Felipe de Pomanes, “Los Notables del Perú”: León Pinelo señala que “es una descripción de sus ciudades, con pedazos de su historia” (Ms. Lima 1609, Referencia León Pinelo, 1737). Porras Barrenechea dice que se perdió.], arriesgada y perdida en una noche por Mancio Sierra de Leguízamo, en opinión del ingenuo Garcilaso y hallada efectivamente por nuestros soldados en poder del Inca Tupac Amaru, al hacerle prisionero en Villacampa, aconsejaba el virrey a S. M. que se ofreciese al Papa”. Y cierto, le escribía en 9 de octubre de 1572, que por ser la raíz y cabeza de todos los engaños e ídolos éste, de donde han pendido los demás, me parece que era paga y satisfacción que V. Magestad podía hacer a Su Santidad del cuidado que le mandó tener de esto, cuando encargó a V. M. la conversión de éstas tierras”[Marcos Jiménez de la Espada, “Tres Relaciones de las Antigüedades Peruanas”, Ministerio de Fomento, Madrid, Imprenta M. Tello, 1987]. (p. XIX).

Escribe Harold Jants:
 “Cuando Cortés desembarcó en las costas de México, el primer gesto diplomático del Emperador Moctezuma, cerca de la Semana Santa de 1519, fue enviarle embajadores con regalos de tal magnificencia y valor que lo que consiguieron fue aumentar sus ansias por proseguir con la conquista de esta parte del Nuevo Mundo…

Este Tesoro fue exhibido en Sevilla (?) y Valladolid, y cuando Carlos regresó a Holanda en Mayo de 1520, lo llevó consigo y lo exhibió en Bruselas.

Fue allí donde el artista de Nüremberg, Alberto Durero, pudo verlo durante su viaje a Holanda. Su descripción del Tesoro Mexicano está imbuido con el sentido de maravilla que es uno de los rasgos más atractivos del Renacimiento: “También vi las cosas que le fueron traídas al Rey de la Nueva Tierra de Oro: un Sol enteramente de oro de toda una braza de largo; asimismo una Luna enteramente de plata del mismo tamaño; también varias curiosidades de sus armas, armaduras y proyectiles; vestidos muy extraños, mantas y toda clase de artículos raros de uso humano, todo lo cual es más bello de verse que maravilla. Estas cosas eran todas tan preciosas que estaban valuadas en cien mil florines. Pero nunca he visto en todos mis días nada que regocijara tanto a mi corazón como estas cosas. Pues vi entre ellas sorprendentes objetos de arte y me maravillé del sutil ingenio de los hombres de esas lejanas tierras. En efecto, no puedo decir bastante sobre las cosas que estaban allí frente a mí. He visto en esta ocasión toda suerte de magnificencias. Ninguno de nosotros ha visto jamás cosas tan suntuosas”. (Traducción en Ignacio Bernal, Museo Nacional de Antropología de México, Edición 1982).

Es de destacar cómo Durero, confrontado de pronto  por un arte que le era totalmente extraño, totalmente divergente de la práctica y los estándares del gusto Europeos, pudiese tomar inmediatamente una actitud positiva hacia él, en lugar de caer en los clichés convencionales de “bárbaro”, “grotesco” y así por el estilo. Qué pasó con ése Tesoro de Moctezuma?”

Los trabajos de arte elaborado con oro son los más vulnerables de ser reducidos (fundidos) a su contenido metálico, y así el Gran Disco del Sol de Montezuma pronto desapareció, parece que sin traza ni registro alguno. La Luna de plata (junto con otros trabajos de plumas) los regaló Carlos, como apropiado simbolismo, a su tía Margarita, regente de Holanda, y puede ser trazado durante unos pocos años después (???).

La -------- (cloak) de plumas en el Museo de Bruselas y una Máscara en el Museo Británico comprada en Brujas (Bruges) probablemente pertenecen a ese Tesoro, y muchas otras máscaras de mosaicos en colecciones italianas aparentemente pueden trazarse a un regalo de Carlos al Papa Clemente VII.

Bien registradas, por contraste, quedaron, como parte del Tesoro, diez piezas que llegaron a Nüremberg en Enero de 1524 para Fernando, hermano de Carlos V, y parte de ellas fueron a la gran colección que el sobrino de Carlos, Fernando de Tirol, acumulaba en el Castillo de Ambras.

Esta colección de Ambras, una de las más grandes del Renacimiento, se preservó durante siglos y muchos objetos se muestran hoy día en varios Museos de Viena; varias piezas del Tesoro se encuentran en el Museo Etnológico. Puesto que varios objetos de arte Mexicano fueron enviados a Ambras, no podemos estar completamente seguros de cuáles de las piezas preservadas pertenecen a ése Tesoro. El penacho y el escudo con mosaico de turquesas casi con certeza lo son. Posiblemente, también el Gold Bird´s Beak y el abanico de plumas, pero ciertamente no (???) el escudo de plumas con el coyote azul, ni el espejo de obsidiana”.
Harold Jants, “Images of America in the German Renaissance”, en “First Images of America, the Impact of the New World on the Old”, editor: Fredi Chiapelli, University of California Press, Berkeley, 1976, páginas 93-95

Un resumen exhaustivamente documentado sobre todo este tema, con nuevas contribuciones, se encuentra en el artículo “Die Gastgeschenke des Motecuzoma an Cortés”, escrito por Karl Antony Nowotny, curador del Museum für Völkerkunde (Museo de Etnología de Viena, Austria) en el libro Archiv für Vólkerkunde, Bande II, (1947), pp. 210-221.
Ver también su “Mexicanische Kostbarkeiten aus Kuntskammern der Renaissance...” (Viena, 1960).

Opinión de Durero sobre el Tesoro



Albrecht Dürer (Alberto Durero) - Autorretrato - 1500

Esta es la opinión que consignó en su diario Albrecht Dürer (Alberto Durero), el famoso artista, grabador, orfebre y teórico del renacimiento alemán, el más famoso en el norte de Europa en la época, después de observar atentamente el Tesoro durante varios días de agosto de 1520 en el salón-museo del palacio que Margarita de Austria (tía del Emperador Carlos V), Gobernadora de los Países Bajos, tenía en Malinas, Bélgica, cerca de Bruselas:

 “También vi las cosas que le fueron traídas al Rey de la Nueva Tierra de Oro: un Sol enteramente de oro de toda una braza de largo; asimismo una Luna enteramente de plata del mismo tamaño; también varias curiosidades de sus armas, armaduras y proyectiles; vestidos muy extraños, mantas y toda clase de artículos raros de uso humano, todo lo cual es más bello de verse que maravilla. Estas cosas eran todas tan preciosas que estaban valuadas en cien mil florines. Pero nunca he visto en todos mis días nada que regocijara tanto a mi corazón como estas cosas. Pues vi entre ellas sorprendentes objetos de arte y me maravillé del sutil ingenio de los hombres de esas lejanas tierras. En efecto, no puedo decir bastante sobre las cosas que estaban allí frente a mí. He visto en esta ocasión toda suerte de magnificencias. Ninguno de nosotros ha visto jamás cosas tan suntuosas”. 
(En Ignacio Bernal, Museo Nacional de Antropología de México, Edición 1982).


viernes, 24 de enero de 2020

Cronología del Tesoro hasta que lo admiró Durero

Margarita de Austria, por Diego Velázquez


Cronología del Tesoro, desde el 1 de Julio de 1519 hasta agosto de 1520, cuando el famoso artista, grabador, orfebre y teórico del renacimiento alemán Albrecht Dürer (Alberto Durero) tuvo la oportunidad de estudiarlo, admirarlo y escribir una breve pero sustanciosa nota en su diario.


Palacio de Margarita de Austria en Malinas, Bélgica, Google images


A partir del 27 de agosto de 1520, se añade información complementaria.

1 de Julio de 1519:
“Se entiende mil e ochocientos pesos que van demasiado en la rueda, porque de todo a sus Altezas no pertenecían de su quinto más de dos mil pesos, de diez mil que eran como sabéis, y de los collares y rodelas y plata y plumajes y de todo lo demás que al concejo perteneció, ansimismo facen servicio a Sus Reales Altezas, y esto también habéis de platicar y decir a los de la Casa de la Contratación de Sevilla”, Instrucciones de Hernán Cortés a los procuradores Francisco de Montejo y Alonso Hernándes Portocarrero, enviados a España. “Documentos Cartesianos”, José Luis Martínez (editor), Fondo de Cultura Económica, México, 1990, Vol. 1, Doc. 1, No. 4, pp. 77-85.
Recuérdese que los Procuradores no eran simples emisarios. Iban en representación del Cabildo de  Veracruz, dentro del concepto de las leyes Castellano-Aragonesas.


6 de Julio de 1519:
Cortés firma un Contrato/Poder, mediante escritura (ante escribano real) con Juan Bautista, Maestre de la nao “Santa María de la Concepción” para el transporte del Tesoro, joyas de Cortés y sus marineros, y los Procuradores del Cabildo.  Hugh Thomas, “La Conquista de México”, 7a. Edición, enero 1995, Ed. Planeta, pp. 696-699: Archivo de Protocolos, Sevilla: Oficio IV, lib. IV, f. 3743, 1519.

10 de Julio de 1519:
El Tesoro (Listado detallado o “Memorial” relacionado en documentos anexos, parte integral del documento conocido como Carta de Cabildo e incluido en la Primera de las Cartas-Relación de Hernán Cortés, (que incluía según Gayangos (1866) los códices, Troano+Cortesiano ahora Códice de Madrid, aunque Marshall H. Saville sostiene -ver  documento titulado “Textos de Cronistas” que en realidad se trata del “Códice Vindobonensis Mexicanus-FAMSI-Akademische Druck-U.Verlagsanstalt-Graz” en carpeta anexa con 68 “paginas”-imágenes, cursivas nuestras) fue entregado a dos emisarios-Procuradores, Alonso Fernández (o Hernández) de Puertocarrero (o Portocarrero) y Francisco de Montejo, comisionados y encargados de su custodia, transporte y entrega a la Casa de Contratación en Sevilla, mediante carta enviada a la Reina Juana y a su hijo Carlos por el Cabildo (Justicia y Regimiento) de la Rica-Villa de la Vera-Cruz, firmada por el Tesorero Real  Alonso de Ávila y el Veedor Real Alonso de Grado.

Se puede consultar también el listado detallado del Tesoro (Memorial) en: “Cartas y Relaciones de Hernán Cortés al Emperador Carlos V, Colegidas e Ilustradas por Pascual de Gayangos”, París, Imprenta General de los Ferro-Carriles, A. Chaix y C., 1866, págs. 28-34.

16 de Julio de 1519:
Parten Montejo y Puertocarrero con la Carta del Cabildo (llamada Primera Relación o Carta de Cortés), el Quinto Real (Tesoro de Moctezuma), oro, objetos y joyas propiedad de los conquistadores  y otros regalos de éstos a la Reina Juan y su hijo Carlos (Alessandra Russo, p. 235).

Apareció una carta inédita de Hernán Cortés, fechada el 6 de Julio de 1519, firmada por el escribano de cámara de sus altezas, Pero Fernándes, también escribano público de la Villa Rica de la Vera Cruz (p. 698) publicada por Hugh Thomas, en su libro “La conquista de México”, 7a. Edición, enero de 1995, Ed. Planeta, que en resumen es el contrato de transporte (“carta de poder”) con Juan Bautista (vecino de la Isla Fernandina, Maestre de la nave “Santa María de la Concepción” (pag. 696) y cuyo Piloto Mayor es Antón de Alaminos, para el transporte de los procuradores, y “mercaderías por valor de 200,000 maravedíes” (p. 696). Thomas se enorgullece de publicar esta “primera” carta de Cortés que ha sobrevivido (Archivo de Protocolos, Sevilla: oficio IV, lib. IV, f. 3743, 1519), fechada 4 días antes de la que Thomas denomina “Carta del Regimiento”o “Carta del Ayuntamiento de la Villa Rica de la Vera Cruz (p. 695 de su libro).

X (principios) de Octubre de 1519:
Llega la nave a Sevilla [“Cartas y Relaciones de Hernán Cortés al Emperador Carlos V, Colegidas e Ilustradas por Pascual de Gayangos”, París, Imprenta General de los Ferro-Carriles, A. Chaix y C., 1866, pág. XVI de la Introducción, donde NO dice el día. Sólo el mes]. Alessandra Russo sólo dice “principios de octubre” (p. 235).

Pierre Chaunu registra (después de su famosa búsqueda de 5 años en el AGI con la ayuda de su esposa) el regreso de un nao de 100 toneladas denominada “Santa María de la Concepción”, cuyo “Maitre” (Maestre) era Juan Bautista, sin mencionar la procedencia de la nave (escribe “?” en la columna de Procedencias) con el número de orden (de llegada) 24 del total de 40 barcos que retornaron en 1519. Curiosamente repite el registro de la nao “Santa María de la Concepción” con el número de orden 38, añadiendo la palabra “sic” entre paréntesis al lado del nombre del mismo Maitre, Juan Bautista. [Pierre Chaunu, “Seville et l´Atlantique” (1504-1560), Tomo II (Tablas), 1519R., AGI, Ct. 2898, Lib. I., fo. 50].

5 de Noviembre de 1519:
Los Procuradores entregan todo (sus propios tesoros, incluyendo los de Cortés, el correspondiente Quinto Real MÁS los REGALOS adicionales para el Rey que Cortés había recibido de Moctezuma) a la Casa de Contratación, que abre, registra todo, en presencia de Gonzalo Fernández de Oviedo, y elabora un nuevo inventario que denominó: “Lo que envió de Nueva España el Capitán Hernando Cortés”. (Russo, p. 235)

(This second inventory, originally kept in the Manual del Tesorero of the Casa de Contratación in Seville, and today in the Archivo de las Indias, also in Seville, is of items received and differs slightly from the first. The two documents were collated by Juan Bautista Muñoz in 1784 (Pascual de Gayangos, “Cartas y Relaciones de Hernán Cortés al Emperador Carlos V” (Paris, 1866), pp. 28-34). The Sevillian document has been published in English by John Tatte Lanning, “Cortés and his first official remission of treasure to Charles V”, Revista de Historia de América no. 2 (1938), pp. 5-29., (Cited by Alessandra Russo, p. 249, nota 29).

5 de diciembre de 1519:
El Rey expide en Molins del Rey una Cédula a la Casa de Contratación, comisionando para llevarla a Domingo de Ochandiano, para que le envíe el Tesoro entregado por los Procuradores de Cortés. Ochandiano ordenó a la Casa de Contratación la entrega del Tesoro a Luis Veret, “guarda-joyas” de SS. MM., con carta de pago del dicho Luis Veret de cómo las recibió, que está en poder del dicho tesorero (se supone que de la Casa de Contratación).

[Nota 1 en: “Cartas y Relaciones de Hernán Cortés al Emperador Carlos V, Colegidas e Ilustradas por Pascual de Gayangos”, París, Imprenta General de los Ferro-Carriles, A. Chaix y C., 1866, pág. 34, que dice en su pie de página no.1: “En lugar de los dos párrafos antecedentes que no se hallan en el manuscrito del Manual del Tesorero de la casa de la Contratación de Sevilla, hay el que sigue”:
“Todas las cuales dichas cosas, asi como vinieron, enviamos á S. M. con Domingo de Ochandiano por virtud de una carta que sobre ello S. M. mandó escribir, fecha en Molins del Rey á cinco de diciembre de mil y quinientos y diez y nueve. El dicho Domingo trajo cédula de S. M. por la cual le mandó entregar las cosas suso dichas á Luis Veret, guarda-joyas de SS. MM., y carta de pago del dicho Luis Veret de como las recibió, que está en poder del dicho tesorero”.]

7 de febrero de 1520:
Sale Luis Veret de Sevilla con el Tesoro, hacia el Palacio de Tordesillas, donde estaba el Rey visitando a su madre, llevando además 5 indios Totonacas (dos de ellos caciques) para que por instrucciones de Cortés, demostraran al Rey su significado, importancia y uso. (A. Russo. P 235).  [“Cartas y Relaciones de Hernán Cortés al Emperador Carlos V, Colegidas e Ilustradas por Pascual de Gayangos”, París, Imprenta General de los Ferro-Carriles, A. Chaix y C., 1866, pág. 34, que dice en su pie de página no. 2: “D. Juan Bautista Muñoz añade : « Consta del mismo libro (Manual del Tesorero) que en cumplimiento de la dicha cédula fueron vestidos ricamente los cuatro indios, dos de ellos caciques, y dos indios traídos por Montejo y Puertocarrero, y enviados á S. M. á Tordesillas donde estaba S. M. Salieron de Sevilla en 7 de febrero de 1520, y en ida, estada y vuelta, que fué en 22 de marzo, se gastaron cuarenta y cinco dias. Uno de los indios no fue á la Corte, porque enfermó en Córdoba y se volvió á Sevilla.
Venidos de la Corte murió uno. Permanecieron los cinco en Sevilla muy bien asistidos hasta 27 de marzo de 1521, dia en que partieron en la nao de Ambrosio Sánchez enderezados á Diego Velazquez en Cuba, para que de ellos hiciese lo que fuese servicio de S, M”.]

15 de Febrero de 1520:
Habitaba á la sazón en Sevilla un clérigo llamado Benito Martín, grande amigo y agente del gobernador de Cuba, el cual no bien supo la llegada de los comisionados, cuando interponiendo una demanda ante los jueces de la Contratación de Indias, logró primeramente el embargo, y más tarde el secuestro (ver nota 1 a continuación), de todo el oro que en la nave venia, ya para S. M. ya para particulares : á duras penas sí Montejo y Puertocarrero pudieron conseguir licencia para presentarse en la corte (acompañados de Martín Cortés, padre de Hernán) y dar cuenta de su mensaje. Llegados á Tordesillas, donde Carlos V se hallaba á la sazón, todos sus esfuerzos para obtener una audiencia y hacer valer su derecho se estrellaron contra la conocida parcialidad de don Juan Rodríguez de Fonseca, obispo de Burgos, y presidente del Real Consejo de las Indias, el mismo que tan hostil se mostró á Colon, y fué mientras vivió enemigo acérrimo de Cortés (ver nota 2 a continuación):

Nota 1: Tenemos á la vista la provisión original del Consejo, con fecha de 15 de febrero de 1521, enviada á los oficiales de la casa de la Contratación de Sevilla.
Empieza así : « Por cuanto de tierras de Coluacan ha venido navio, y en él por procurador Diego de Ordaz, Alonso d'Avila, Alonso de Mendoza é pasageros con oro para si, SS. MM. y otras personas que están en estos reynos en rebelión é desobediencia de S. M. eu aquellas provincias, y para mercaderes que por haber dado fama, ayuda y mantenimientos á los destruidores de las dichas provincias, han incurrido en graves penas, así de sus personas como de sus bienes, por ende mandamos, etc.

Nota 2: Según Bernal Díaz era grande amigo y favorecedor de Velázquez, quien pensó casar con doña Catalina de Fonseca, su sobrina.

[“Cartas y Relaciones de Hernán Cortés al Emperador Carlos V, Colegidas e Ilustradas por Pascual de Gayangos”, París, Imprenta General de los Ferro-Carriles, A. Chaix y C., 1866, Introducción, páginas XVI y XVII].

El Rey no se dignó recibir y menos contestar a los Procuradores antes de partir para Flandes vía Inglaterra. Tardó años en hacerlo.

22 de Marzo de 1520:
Regresa Veret a Sevilla con 4 de los indios. Uno de los 5 indios no fué a la Corte, porque enfermó en Córdoba y se volvió a Sevilla. Venidos de la Corte murió uno.

X (principios) de Marzo de 1520:
El Tesoro llega a Valladolid a principios de Marzo, que luego de ser abierto de nuevo, fue desplegado y admirado, entre otros, por Pietro Martire d´Anghiera, Bartolomé de las Casas y Giovanni Ruffo da Forlí (Arzobispo de Cosenza), el embajador veneciano Gasparo Contarini.

Los indios fueron desvestidos y vestidos con ropa castellana. (Russo, p. 235). Ruffo da Forlí escribió a Francesco Chierigato que los indios que acompañaban el Tesoro jugaron un papel importante en la transferencia de los presentes: Se refiere a ellos como quienes “trajeron” los objetos y explicaron su significado (Russo). “Eran tres hombres y dos mugeres, la color dellas poco menos de etiopia . . . Truxeron a esta Césarea Magestad dos ruedas de diámetro de ocho palmos, la una de oro la otra de plata, y en medio dellas está esculpida una silla como de barbero y sentado en ella una figura con una cara semejante a la que pintan a los diablos con la boca abierta . . . Dezían que delante esta figura hazían sus oraciones’. Ruffo da Forlí:  “El Rey los hizo bien vestir a la castellana de diversas colores y con gorras de terciopelo, y las mugeres asimesmo da buen paño y tocadas a la castellana’: Giovanni Ruffo da Forlí, letter dated 7 March 1520, published by Marcel Bataillon, ‘Les premiers mexicains envoyés en Espagne par Cortés’, Journal de la Société des Américanistes 48 (1959), pp. 135-40. (nota 32 en Russo), (Russo, nota 35)

Bernal Díaz del Castillo (citado por A.A. Shelton, “The Cultures of Collection...”, p. 193) describe las ruedas, traídas (además de muchos otros objetos) a Cortés por el Gobernador Quintalbor (acompañado por otro Gobernador de Moctezuma, Tendile): “The first article presented was a wheel like a sun, as big as a cartwheel, with many sorts of pictures on it, the whole of fine gold, and a wonderful thing to behold, which those who afterwards weighed it said was worth more than ten thousand dollars. Then another wheel was presented of greater size made of silver of great brilliancy in imitation of the moon with other figures shown on it, and this was of great value as it was very heavy...”

26 de Marzo de 1520:
El Rey, su Corte, el Tesoro y la delegación de Cortés llegan a Santiago. Permanecieron allí hasta el 3 de mayo (Hugh Thomas, “La Conquista de México”, 7a. Edición, p. 393).

27 de Marzo de 1520:
Regresan desde Sevilla los 5 indios a Cuba, en la nao de Ambrosio Sánchez, para quedar a cargo de Diego Velázquez.

X Abril de 1520 (?):
“Las cosas de suso nombradas en el dicho memorial con la carta y relación de suso dicha que el Concejo de la Veracruz envió, recibió el rey D. Carlos, nuestro señor, como de suso se dijo, en Valladolid en la semana santa, en principios del mes de abril del año del señor de 1520 años” . [“Cartas y Relaciones de Hernán Cortés al Emperador Carlos V, Colegidas e Ilustradas por Pascual de Gayangos”, París, Imprenta General de los Ferro-Carriles, A. Chaix y C., 1866, pág. 34, final de la Primera Carta-Relación. Este párrafo no se halla en el “Manual del Tesorero” de la Casa de Contratación]. Fecha dudosa, porque los indios y Veret regresaron a Sevilla el 22 de Marzo de 1520.

30 de Abril de 1520:
Por fin el Consejo de Castilla (cardenal Adriano de Utrecht, obispo de Tortosa, luego Papa, Gattinara, el canciller imperial, Jean de Carondelet, arzobispo de Palermo, Antonio de Rojas, arzobispo de Granada, Hernando de Vega, comendador mayor de Castilla, además de algunos funcionarios: Diego Beltrán, Luis Zapata, licenciado García de Padilla, licenciado Francisco de Aguirre, el primo de Cortés, Lorenzo Galíndez de Carvajal, Juan de Sámano, quien redactaba a menudo las cartas del monarca (recopilador de la Relación Sámano) y Francisco de los Cobos, secretario del Rey, recibe a la delegación de Cortés (29/30 Abril). Finalmente el Consejo decide dejar para más tarde el nombramiento de Cortés como gobernador o alcalde mayor de México: en opinión de Pedro Mártir, se aplazaban tanto el castigo como la recompensa hasta oír la versión de ambas partes (Cortés/Velázquez).

No obstante, permitieron a Martín Cortés, Portocarrero y Montejo hacer uso del dinero que habían traído de México, según juzgaran conveniente, por ejemplo, para proporcionar nuevas provisiones para Cortés o preparar la defensa de Cortés en cualquier demanda civil que Velázquez presentara contra él.. El 10 de mayo el rey envió instrucciones concretas a los funcionarios de la Casa de Contratación, mediante las cuales dejaba clara esta decisión, y las confirmó el 14 de mayo. No nombraban a Cortés capitán general, pero se referían informalmente a él como capitán de la “isla de Culúa” (Yucatán)… Esto supuso casi una victoria para los amigos de Cortés… Posiblemente Carlos se marchó de España sin leer las cartas de Cortés… Sin embargo, se llevó gran parte del Tesoro, incluyendo las dos grandes “ruedas” de oro y plata de Moctezuma. (Hugh Thomas, op. Cit., pp. 394-396.

??? Abril/Mayo:
Parte una caravana de mulas hacia Flandes con el Tesoro, obviamente ordenado por Carlos. La prueba del envío está en el Diario de Durero (Falta la fuente donde leí el despacho de una “recua” de mulas con el Tesoro y la fecha del mismo). Numerosas notas más adelante. ¿Tendría algo que ver con UNA de las demandas de los Comuneros (“Moneda”) en su comunicación al Rey, cuyo mensajero al llegar a Flandes fue condenado inmediatamente a la muerte por OSARSE a presentarlo? Se escapó de la cárcel.

20 de Mayo de 1520:
Carlos parte hacia Flandes desde La Coruña (hasta donde viajaron los Procuradores de Cortés junto con su padre Martín, intentando presentar el caso de Cortés directamente al Rey), vía Inglaterra, (atraca en las playas inglesas el 26 de mayo y permanece sólo cinco días, porque  Enrique VIII ya tenía fijada una entrevista con Francisco I en Francia) para visitar a sus tíos los reyes, Enrique VIII y Catalina de Aragón (hija de los Reyes Católicos) e intentar ganarse al rey para su causa imperial (comprada finalmente con 850.000 florines de oro (gülder) de sobornos entregados a los príncipes electores alemanes, por parte de los Függer (principalmente, 540.000), frente a los sólo 300.000 que logró reunir Francisco I)

“The King-Emperor Charles left Spain on May 20, 1520, stopping in England as a guest of King Henry, his uncle by marriage -in Dover, Canterbury, and Sandwich. Apparently he there showed off the treasures that he had received from “the new golden land” of New Spain thanks to Cortés [1]. Alas. No record seems to exist of what the English thought. Charles reached Flanders in June and arranged to be crowned “King of the Romans” at Aix-la-Chapelle on October 20” [2]: Hugh Thomas, “Rivers of Gold: The Rise of the Spanish Empire, from Columbus to Magellan”, 2005 Random House Trade Paperback  Edition, New York, Chapter 32, página 445.
[1]: So says Brandi [29:8], 169, but there is no English source that backs this statement. Where Brandi derived his information about the treasure is unknown. As Professor Scarisbruch, the biographer of Henry VIII, pointed out, he could not have invented the story.
[2]: Perhaps the picture by Lucas van Leyden known as The Card Players is an impression of Charles negotiating with Wolsey and with his aunt, Margaret, in the center telling her nephew to eschew France? This picture is in the Thyssen Collection, Madrid.

?? Fin del verano de 1520:
“Early in 1520" (es información equivocada por parte de Shelton, porque el Tesoro llegó a Sevilla a “principios” de octubre y fue abierto e inventariado por parte de la Casta de Contratación el 5 de Noviembre de 1519, donde se hizo un nuevo inventario llamado “Lo que envió de Nueva España el Capitán Hernán Cortés” y presenciado por Gonzalo Fernández de Oviedo) part of the consignments of treasure accumulated by Cortéz arrived in Spain and was placed on public display in Toledo. That spring they were taken to Valladolid, then late in the summer they arrived in Flanders, where they were seen and admired by Albrecht Dürer. A second shipment was sent in 1522 [“In 1522 Martyr invited members of the diplomatic corps to view the second shipment of treasures sent (by Cortés) to Charles V, which the Venetian ambassador, Contarini, described to his Senate three years later. After extolling the qualities of the gold and silverwork and the obsidian mirrors, he reserved his greatest praise for the featherwork, which he thought 'miraculous' - 'Never have I seen embroidery so lovely and delicate as some examples of this work”, p. 195, “and another in September 1526”, p. 194. (Anthony Alan  Shelton,"Cabinets of Transgression: Renaissance Collections and the Incorporation of the New World," in The Cultures of Collecting, ed. John Elsner (Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1994).
Este segundo Tesoro de Moctezuma no fue regalado voluntariamente, como sí lo fue este al que nos referimos, sino los remanentes recogidos después de la famosa derrota de la “Noche Triste”. Los líderes aztecas que quedaron recogieron todo lo que quedó, conscientes de que los españoles volverían (“enfermos por el oro”) y lo escondieron, dando origen a la Leyenda del Tesoro Perdido de Moctezuma, origen de documentales y series de TV.

27 August 1520 (Viernes):
The German artist Albrecht Dürer (1471-1528) went to see the treasures sent a year before from Mexico by Hernán Cortés to the future emperor Charles V that were then exhibited at the royal palace in Brussels. [“The People of Calicut”, Christian Feest, Bol. Mus. Para. Emilio Goeldi, Cienc. Hum., Belém, v. 9, n. 2, p. 287-303, maio-ago. 2014]

Albrecht Dürer: The Mexica (Aztec) king Motecuhzoma greeted Hernan Cortés in 1519 with gifts of gold, silver, and precious stones, including jewelry, ornaments, headpieces, disks, garments, shields, and helmets. Cortés sent the tribute to Charles V, king of Spain and emperor of the Holy Roman Empire, who placed them on exhibit in 1520. Albrecht Dürer, the master German artist, viewed the exhibit in Brussels and extolled its beauty in his travel journal, 27 August 1520. [Albrecht Dürer, Diary of His Journey to the Netherlands, 1520-1521, intro. by J.-A. Goris & G. Marlier (Greenwich, Connecticut: New York Graphic Society Ltd., 1971), pp. 53-54.

Diario de Durero (1520-1521): Página web de la Universidad de Adelaida, Australia: “Memoirs of Journeys to Venice and the Low Countries”, Albrecht Durer

26 de Agosto-3 de septiembre de 1520:
El pintor Albrecht Dürer tuvo la oportunidad de observar directamente el Tesoro, que escribió inmediatamente sobre su “reveladora” visita al Palacio (de Saboya, hoy conocido como el Palacio de Margarita de Austria) en Mechelen, Bruselas (Flandes), y lo registró en su diario. (Russo, p. 235).
Christian Feest, ‘Dürer et les premières évaluations européennes de l’art mexicain’, in Joëlle Rostkowski and Sylvie Devers (eds), Destins croisés. Cinq siècles de rencontres avec les Amérindiens (Paris, 1992), pp. 107–19 (Russo, nota 33, p.249)


Información complementaria

Albrecht Dürer (Alberto Durero):
( https://www.artehistoria.com/es/personaje/durero-alberto ):
Maximiliano le adjudica una pensión vitalicia de 100 florines anuales, pensión que sin embargo se vio interrumpida en 1519, debido a la muerte del emperador. Durero no vaciló en ponerse en camino, siguiendo a la Corte itinerante del nuevo emperador, Carlos V para conseguir la renovación. Este último viaje fue triunfal para el pintor. Le acompañaba por primera vez su mujer: partieron en 1520 y no habrían de regresar a Nüremberg hasta el año siguiente. Visitaron Bamberg, Francfort, Colonia y Amberes. En todas las ciudades Durero fue recibido con honores y los gremios de pintores le invitaron a banquetes. Tuvo la oportunidad de conocer a Quentin Metsys, Jos van Cleve, Joachim Patinir (quien le invita a su boda). En Malinas conoce a Margarita de Austria, tía de Carlos V, quien le muestra su importante colección de pintura. En Bruselas es invitado por Van Orley. Le muestran los objetos recién llegados de América: arte plumario, objetos de oro, plata, esmeraldas... todo ello impresiona vivamente al pintor. Durero se encuentra con Erasmo de Rotterdam y le retrata; el humanista también conocía al artista, de quien decía: "En verdad, consigue representar lo que no puede representarse: rayos de luz, truenos, relámpagos... todas las sensaciones y emociones: en resumen, el espíritu humano completo, tal como se refleja en los movimientos del cuerpo, y casi hasta la voz". Por fin, marcha a Aquisgrán para asistir a la coronación como emperador de Carlos V, el 23 de octubre de 1520.


BLOG: http://lospasosdelarte.blogspot.com.es/2008/09/as-habl-alberto-durero-sobre-mxico.html (Sitio web de Isabel Serrano Fuentes, “Los pasos del arte”: serranoisa@gmail.com , consultado el 1 de Nov 2016 y que contiene un artículo fechado el domingo 7 de septiembre de 2008):

“Este fue el tiempo que desde tierras mexicanas, Hernán Cortés mantenía contacto con Carlos V a través de las conocidas Cartas de Relación, en las que relataba los pormenores de la conquista de México. En cierta ocasión, Cortés envió al Monarca varias piezas que procedían del Tesoro de Moctezuma, obras realizadas en valiosos materiales y con gran acabado, que en aquellos tiempos y hasta hoy, sorprenden a cuantos tienen la oportunidad de contemplarlas.

Durero conoció ese regalo. Aquel hombre letrado, de conceptos estéticos profundos, pudo mirar de cerca las obras que el Monarca había recibido desde México, quizás fue uno de los pocos que apreció el invaluable tesoro, a tal punto, que expresó lo siguiente:

“También vi las cosas que le fueron traídas al Rey de la Nueva Tierra de Oro: un Sol enteramente de oro de toda una braza de largo; asimismo una Luna enteramente de plata del mismo tamaño; también varias curiosidades de sus armas, armaduras y proyectiles; vestidos muy extraños, mantas y toda clase de artículos raros de uso humano, todo lo cual es más bello de verse que maravilla. Estas cosas eran todas tan preciosas que estaban valuadas en cien mil florines. Pero nunca he visto en todos mis días nada que regocijara tanto a mi corazón como estas cosas. Pues vi entre ellas sorprendentes objetos de arte y me maravillé del sutil ingenio de los hombres de esas lejanas tierras. En efecto, no puedo decir bastante sobre las cosas que estaban allí frente a mí. He visto en esta ocasión toda suerte de magnificencias. Ninguno de nosotros ha visto jamás cosas tan suntuosas”. (En Ignacio Bernal, Museo Nacional de Antropología de México, Edición 1982).

“The explorer Hernando Cortes had presented Charles with New World treasures received from the Aztec King Montezuma in 1519” (On Charles's collections, see Paul Vandenbroeck, "Amerindian Art," 99-104, 110-17)
The collection created a sensation among contemporaries and was publicly displayed in Toledo, Valladolid, and Brussels in 1520 (A.A. Shelton,"Cabinets ofTransgression: Renaissance Collections and the Incorporation of the New World," in The Cultures of Collecting, ed. John Elsner (Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1994), 194). Charles then kept the most monetarily valuable objects (precious metals and stones), but sent a large variety of marvelous objects to Margaret (Eleven Mexican items were also sent to Charles's brother Ferdinand I in Nuremburg in 1524: Christian E Feest, "Vienna's Mexican Treasures: Aztec, Mixtec and Tarascan Works from the Sixteenth Century”, Archiv für Völkerkunde 44 (1990):34)


Sobre el Penacho de Moctezuma:
http://calmcacanahuac-tepaneca.blogspot.com.es/2010/03/la-verdad-y-mentira-en-torno-al-llamado.html


XX 1522 :
“A second shipment was sent in 1522, and another in September 1526. The third shipment of treasure Cortez (p. 194) dispatched to Spain included Christian images, crucifixes and medallions that had been copied by the Aztec metalworkers at his request.
The arrival in Europe of Aztec valuables astounded those who beheld them, and wealthy collectors were smitten by desires to renew their efforts to complete 'comprehensive' collections.

Peter Martyr could not hide his amazement:
I am at a loss to describe the aigrettes, the plumes and the feather fans. If ever artists of this kind have touched genius, then surely these natives are they. It is not so much the gold or the precious stones that I admire, as the cleverness of the artist and the workmanship, which must exceed the value of the material and excite my amazement. I have examined a thousand figures which it is impossible to describe. In my opinion, I have never seen anything which for beauty could
more delight the human eye.

Similar statements of admiration and marvel at the workmanship were voiced by renowned European craftsmen, among them Benvenuto Cellini and Dürer. In 1522 Martyr invited members of the diplomatic corps to view the second shipment of treasures sent to Charles V, which the Venetian ambassador, Contarini, described to his Senate three years later. After extolling the qualities of the gold and silverwork and the obsidian mirrors, he reserved his greatest praise for the featherwork, which he thought 'miraculous' - 'Never have I seen embroidery so lovely and delicate as some examples of this work” (Anthony Alan Shelton, p.195: "Cabinets ofTransgression: Renaissance Collections and the Incorporation of the New World," in The Cultures of Collecting, ed. John Elsner (Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1994).


11 de Octubre de 1522 : El Emperador, al tener conocimiento de las decisiones del Comité (formado para estudiar las acusaciones de Velázquez contra Cortés, que le declaró inocente, porque Velázquez había desobedecido las órdenes de la Audiencia al enviar a Narváez a México), nombró oficialmente a Cortés Adelantado, repartidor de indios y, por encima de todo, capitán general y gobernador de la Nueva España, y confirmó cuanto hizo antes el caudillo al servicio de la corona (AGI, Justicia, leg. 220, p. 2, f. 128). Una cédula del 15 de octubre daba instrucciones al nuevo capitán general acerca del trato a los Mexicas y otros indios, de las concesiones a los Procuradores  y fijaba otras normas para un sistema colonial en regla (CDI, XXVI, 59-65). Al nombrar a Cortés para esos cargos, el emperador le escribió una carta en la que hablaba calurosamente y con entusiasmo de sus éxitos (CDHIE, I, 97. Véase CDI, XXVI, 65-70). Citas por Hugh Thomas, op. Cit., p. 628:
CDI: Colección de documentos inéditos, relativos al descubrimiento, conquista y organización de las posesiones españolas en América y Oceanía, 42 volúmenes, Madrid, a partir de 1864, editores: Torres de Mendoza, Joaquín Pacheco y Francisco Cárdenas.
CDHIE: Colección de documentos inéditos para la historia de España, edición de Martín de Navarrete, Madrid, 1842, 113 volúmenes.

23 Agosto de 1523 :
“Margaret's collection of New World items had grown significantly in seven years [1]. Many objects were from a gift of New World treasures Margaret received from Emperor Charles V on 23 August 1523” : Collecting a New World, The Ethnographic Collection of Margaret of Austria, Deanna  MacDonald, The Sexteenth Century Journal Vol XXXIII, No. 3-2002, página 654, cuya nota de página No. 20 dice: “The gift was presented to Margaret via Monsignor de la Chaulx (Charles de Poupet), an important courtier of the Spanish-Burgundian court”. Paul Vandenbroeck, "Amerindian Art," pp. 104-105.

[1]: El inventario completo del Tesoro acumulado por Margarita de Austria a 9 de Julio de 1523 (incluyendo los regalos de Carlos V), está descrito por varios autores citados por Deanna MacDonald, op. cit, p. 654:

•H. Michelant,"Inventaire des vaisselles,joyaux, tapisseries, peintures, manuscrits, etc. de Marguerite d'Autriche, regente et gouvernante des Pays-Bas, dresse en son palais de Malines, le 9 juillet 1523" (Paris: BN Cinq Cents de Colbert), 128;

•Academie Royale des Sciences des Lettres et des Beaux-Arts de Belgique, Bulletin de la Commission royale d'histoire, ser. 3, no. 12 (Brussels, 1871): 5-78, 83-136;

•H. Zimmerman, "Inventoire des parties des meubles estans es cabinetz de Madame en sa Ville de Malines [Vienna: Habsburg-Lothringisches Familienarchiv, Familienurkunden, no. 1 174],"Jahrbuch der Kunsthistorischen Sammlungen des Allerhochsten Kaiserhauses 3, no. 2 (1885): 93-123.


14 de julio de 1523 :  El emperador Carlos V le otorgó mediante Real Cédula su escudo de armas a Veracruz.

Escáner del inventario de Cortés por Iriarte

Primera página del inventario de Cortés copiado/transcrito por Iriarte en Viena - RAH

La "Relación Sámano", es la copia manuscrita de un conjunto de documentos originales (denominado Código CXX en esa época) recopilados en la Corte del Rey/Emperador de  España y realizada por Domingo de Iriarte (Domingo Gabriel José de Iriarte y Nieves Ravelo), secretario de la embajada de España en Viena, quien recibió el encargo, con ese único propósito (copia manuscrita de todo el Código CXX, durante algún período, mientras estuvo ejerciendo como secretario de la embajada en Viena durante diez años a partir de 1776), por orden del Conde de Floridablanca, entonces Ministro de Estado.

De la transcripción realizada por Iriarte de ese "Código CXX", que hoy día tiene el Código "S. N. 1600" en la ONB, Österreichischen Nationalbibliothek o Biblioteca Nacional de Austria, en Viena, existe una copia en la Real Academia de Historia en Madrid, de la que se vende copia en formato digital.

Denominamos "Relación Sámano" al S.N. 1600 por Juan Sámano, quien era Secretario del Emperador Carlos V, porque contiene una nota suya al final del extenso conjunto de documentos con su firma, dirigida al Rey Fernando I de Bohemia-Hungría (le trata de V. A.). Se asume que esa compilación (Código CXX) la ordenó el mismo Sámano.

Como otra primicia de este Blog, adjuntamos las imágenes escaneadas existentes en el CD de la Real Academia de Historia en Madrid que contienen esas 11 páginas (de un total de 323 de la Relación Sámano) con la copia/transcripción/paleografía realizada en forma manuscrita por Iriarte en Viena del inventario del Tesoro realizado por Cortés en San Juan de Ulúa en 1519 al momento de despachar el Tesoro al rey/Emperador, incluido en su Primera (Carta) Relación.

Estas son las páginas (de Iriarte) que Juan Bautista Muñoz utilizó para actualizar el inventario (publicado en otro Post), cotejándolas con el otro inventario, el oficial, realizado en la Casa de Contratación de Sevilla el 5 de noviembre de 1519 bajo la supervisión de Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés, veedor del rey (por eso lo denominamos el inventario oficial) y que se encuentra includo en el Manual del Tesorero existente en el AGI, Archivo General de Indias de Sevilla, España.
No se preocupe si no puede leer este castellano antiguo. Solo un paleógrafo puede hacerlo. Es material para investigadores, profesionales o aficionados.


página 1 de 11

página 2 de 11

página 3 de 11

página 4 de 11

página 5 de 11

página 6 de 11

página 7 de 11

página 8 de 11

página 9 de 11

página 10 de 11

página 11 de 11



Mención de Andrés de Tapia al Tesoro

Dibujo con el nombre de Andrés de Tapia - Wikimedia

En la "Relación hecha por el señor Andrés de Tapia sobre la Conquista de México", transcrita por Joaquín García Icazlbaceta, editada por la Biblioteca Virtual Universal, Andrés de Tapia, soldado de Cortés, narra:

"Visto esto, los indios de Muteczuma que residían en aquella parte, le hacían de mensajeros que van y vienen muy en breve, setenta leguas del Puerto de San Juan (de Ulúa) a la ciudad de México (Tenochtitlán) donde Muteczuma estaba, y él mandó que diesen al Marqués (Cortés) cierto presente de oro y plata, y en ello una rueda de oro y otra de plata, cada una del tamaño de una rueda de carreta, aunque no muy gruesas, las cuales dicen que tienen hechas a semejanza del Sol y de la Luna".

Para su biografía:
https://www.geni.com/people/Conquistador-Andr%C3%A9s-de-Tapia/6000000008653065789


Inventario aportado por Bernal Díaz del Castillo

Bernal Díaz del Castillo - Wikipedia
Firma de Bernal Díaz del Castillo - Wikipedia

Otro inventario menos detallado del mismo Tesoro, aportado por Bernal Díaz del Castillo (soldado de Cortés y posteriormente, algo crítico con él), publicado en 1795 en su "Historia Verdadera de la Conquista de Nueva España"

Tomo I, Capítulo XXXIX, pp. 108-110

CAPÍTULO XXXIX.

Cómo fué Tendile á hablar á su Señor Montezuma, y llevar el presente, y la que hicimos en nuestro Real.

Desde que se fué Tendile con el presente que el Capitán Cortés le dio para su Señor Moctezuma y había quedado en nuestro Real el otro Gobernador, que se llamaba Pitalpitoque, quedó en unas chozas apartadas de nosotros y y allí trajeron Indios para que hiciesen pan de su maíz, gallinas, fruta y pescado. De aquello proveían a Cortés y a los Capitanes que comían con él (pues a nosotros los soldados, si no lo mariscábamos ó íbamos a pescar, no lo teníamos)

Y en aquella sazón vinieron muchos Indios de los pueblos por mí nombrados, donde eran Gobernadores aquellos criados del gran Moctezuma y traían algunos de ellos oro y joyas de poco valor. Y gallinas a trocar por nuestros rescates, que eran cuentas verdes, diamantes y otras cosas, y con aquello nos sustentábamos; porque comúnmente todos los soldados traíamos rescate, como teníamos aviso cuando lo de (Juan de) Grijalva, que era bueno traer cuentas; y en esto pasaron seis ó siete días.

Y estando en esto, vino Tendile una mañana con más de cien Indios cargados y venía con ellos un gran Cacique Mexicano cuyo rostro, facciones y cuerpo se parecían al Capitán Cortés y adrede lo envió el gran Moctezuma porque, según dijeron, cuando a Cortés le llevó Tendile dibujada su misma figura, todos los principales que estaban con Moctezuma dijeron que un principal que se llamaba Quintalbor se parecía  a Cortés. Así se llamaba aquel gran Cacique que venía con Tendile; y como parecía a Cortés, así le llamábamos en el Real: Cortés acá, Cortés acullá.

Volvamos a su venida y lo que hicieron al llegar donde estaba nuestro Capitán; y fue que besó la tierra con la mano; y con braseros que traían, de barro y en ellos su incienso, le zahumaron, a él y a todos los demás soldados que allí cerca nos hallamos. Cortés les mostró mucho amor y los asentó cerca de sí. Y aquel principal que venía con aquel presente traía el encargo de hablar conjuntamente con Tendile. Ya he dicho que se llamaba Quintalbor.

Y después de haberle dado el parabién venido a aquella tierra y muchas otras pláticas que pasaron, mandó sacar el presente que traían encima de unas esteras que llaman petates; y tendidas otras mantas de algodón encima de ellas, lo primero que dio fue:

Una rueda de hechura de Sol tan grande como de una carreta, con muchas labores, toda de oro muy fino, gran obra de mirar, que valía lo que después dijeron que había pesado sobre los veinte mil pesos de oro;

Otra mayor rueda de plata, con la figura de la Luna, con muchos resplandores y otras figuras en ella; y ésta era de gran peso, que valía mucho.

Un casco lleno de oro en granos crespos como lo sacan de las minas, que valía tres mil pesos. Aquel oro del casco tuvimos en más, por saber cierto que había buenas minas, que si trajeran treinta mil pesos.

Veinte ánades de oro, de muy prima labor y muy al natural.

Unos como perros de los que entre ellos tienen y muchas piezas de oro figuradas, de hechura de tigres, leones y monos.

Diez collares hechos de una hechura muy prima.

Y otros pinjantes.

Doce flechas y arco con su cuerda.

Dos varas como de justicia, de largo de cinco palmos, todo esto de oro muy fino y de obra vaciadizo.

Penachos de oro y de ricas plumas verdes y otras de plata.

Aventadores de lo mismo. 

Venados de oro sacados de vaciadizo.

Y fueron tantas cosas, que como hace tantos años que pasó, no me acuerdo de todo. Y luego mandó traer allí sobre treinta cargas de ropa de algodón tan prima y de muchos géneros de labores y de pluma de muchos colores, que por ser tantos, no quiero en ello meter más la pluma, porque no lo sabré escribir.

Y después de haberlo dado, dijeron aquel gran Cacique Quintalbor y Tendile a Cortés que recibiera aquello con la gran voluntad que su Señor se lo envía, que lo reparta con los Teules que consigo trae. Y Cortés con alegría los recibió.

Y dijeron aquellos Embajadores  a Cortés que le querían hablar sobre lo que su Señor Montezuma les enviaba a decir. Y lo primero que le dijeron, fue que se ha holgado con que hombres tan esforzados vengan a su tierra, como le han dicho que somos; porque sabía lo de Tabasco. Y que desea mucho ver a nuestro gran Emperador, pues tan gran Señor es, pues desde tan lejanas tierras como veníamos, tiene noticia de él y que le enviará un presente de piedras ricas. Y  que entretanto, que  estuviésemos allí en aquel puerto, si en algo nos puede servir, que lo hará de buena voluntad. Y en cuanto a visitarle, que no curasen de ellas, que no había para qué y poniendo muchos inconvenientes. Cortés les volvió a dar las gracias con buen semblante por ello. Y con muchos halagos dio a cada Gobernador dos camisas de Holanda, diamantes azules y otras cosillas. Y les rogó que volviesen a México a decir a su Señor, el gran Moctezuma, que puesto que habíamos pasado tantas mares y veníamos de tierras tan lejanas, solamente para verle y hablar de su persona a la suya. Y que si así se volviese, no lo recibiría de buena manera nuestro gran Rey y Señor. Y que adondequiera que estuviere, le quiere ir a ver y hacer lo que mandare. Los Gobernadores dijeron que irían y se lo dirían; pero que la visita que dice que entienden, es por demás.

Y Cortés envió con aquellos mensajeros a Moctezuma, con la pobreza que traíamos, una copa de vidrio de Florencia, labrada y dorada, con muchas arboledas y monterías que estaban en la copa. Y tres camisas de Holanda y otras cosas. Y les encomendó una respuesta.

Se fueron estos dos Gobernadores y quedó en el Real Pitalpitoque, que parece ser le dejaron encargado los demás criados de Moctezuma para que nos trajese comida desde los pueblos más cercanos. Lo dejo aquí y diré a continuación lo que pasó en nuestro Real.

Inventario aportado por Fray Bernardino de Sahagún

Fray Bernardino de Sahagún - Wikimedia

Este es otro inventario, menos detallado, del mismo Tesoro, aportado por Fray Bernardino de Sahagún en su "Historia General de las Cosas de Nueva España"

Suprimimos el "llevaron" o "llevaban también" que precede a cada item, por repetitivo e innecesario:

LIBRO XII. 
TRATA DE CÓMO LOS ESPAÑOLES CONQUISTARON A LA CIUDAD DE MÉXICO

Capítulo IV. 
De lo que proveyó Moctezuma cuando supo la segunda vez que los españoles habían vuelto. Este fue don Hernando Cortés:

 A los sobredichos habló Moctezuma y los dijo: «Mirad que me han dicho que ha llegado nuestro señor Quetzalcóatl. Id y recibidle, y oíd lo que os dijere con mucha diligencia. Mirad que no se os olvide nada de lo que os dijere. Ved aquí estas joyas que le presentaréis de mi parte, que son todos los atavíos sacerdotales que a él le convienen»:

Una máscara de mosaico de turquesas; tenía esta máscara labrada de las mismas piedras una culebra doblada y retorcida, cuya doblez era el pico de la nariz, y lo retorcido iba hasta la frente; era como lomo de la nariz; luego se dividía la cola de la cabeza, y la cabeza con parte del cuerpo iba por sobre él un ojo de manera que hacía ceja, y la cola con parte del cuerpo iba sobre el otro ojo y hacía otra ceja. Estaba esta máscara incrustada en una corona alta y grande, llena de plumas ricas, largas y muy hermosas, de manera que poniéndose la corona sobre la cabeza se ponía la máscara en la cara. Llevaba por joel una medalla de oro redonda y ancha; estaba asida con nueve sartales de piedras preciosas, que echadas al cuello cubrían los hombros y todo el pecho.

Una rodela grande bordada de piedras preciosas con unas bandas de oro que llegaban de arriba abajo por toda ella, y otras bandas de perlas atravesadas sobre las de oro de arriba abajo por toda ella, y en los espacios que hacían estas bandas, los cuales eran como mallas de red, iban puestos unos sapitos de oro. Tenía esta rodela unos rapacejos en lo bajo. Iba asido en la rodela una bandera que salía desde la manija de la rodela, hecha de plumas ricas.

Una medalla grande hecha de obra de mosaico que la llevaba atada y cedida sobre los lomos.

Unos sartales de piedras preciosas con unos cascabeles de oro entrepuestos a las piedras para atar a la garganta de los pies.

Un cetro, como cetro de obispo, todo labrado de obra de mosaico de turquesas, y la vuelta de arriba era una cabeza de una culebra revuelta o enroscada.

Unas cotaras como los grandes señores se las suelen poner.

Los ornamentos o atavíos con que se ataviaba Tezcatlipuca, que era una cabellera hecha de pluma rica que colgaba por la parte de tras hasta cerca de la cintura; estaba sembrada toda de estrellas de oro.

Unas orejeras de oro que llevaban colgados unos cascabelitos de oro y sartales de caracolitos marinos blancos y hermosos; de estos sartales colgaba un cuero que era como peto, y llevábale ceñido de manera que cubría todo el pecho hasta la cintura; llevaba este peto muchos caracolitos sembrados y colgados por todo él.

Un cosete de tela blanca pintado; la orilla de abajo de este cosete iba bordada con plumas blancas: tres listas por todo rededor.

Una manta rica; la tela de ella era un azul claro, y toda labrada encima de muchos labores de un azul muy fino; llamábase esta manta tzitzilli; esta manta se ponía por la cintura, atada por las esquinas al cuerpo. Sobre esta manta iba una medalla de mosaico, atada al cuerpo sobre los lomos.

Unos sartales de cascabeles de oro para atar a las gargantas de los pies.

Unas cotaras blancas, como los señores las solían traer.

Los atavíos y ornamentos del Dios que llamaban Tlalocantecutli, que era una máscara con su plumaje, como la que se dijo arriba, con una bandera, como la que arriba se dijo.

Unas orejeras de chalchíuitl anchas que tenían dentro unas culebritas de chalchihuites

Un cosete pintado de labores verdes, y unos sartales o collar de piedras preciosas, con una medalla de piedras preciosas.

Una medalla con que se ceñía los lomos, como la que arriba se dijo, con una manta rica con que se ceñía, como se dijo arriba, y cascabeles de oro para poner a los pies, y su báculo como el de arriba.

Otros ornamentos que eran del mismo Quetzalcóatl: Una mitra de cuero de tigre, y colgaba de la mitra sobre las espaldas una capilla grande hecha de plumas de cuervo; llevaba la mitra un chalchíuitl grande, y redondo en la punta.

Unas orejeras redondas de mosaico de turquesas con un garabato de oro que salía de la orejera.

Un collar de oro, del cual colgaba una medalla de oro que llaman hecacózcatl, y una manta rica con que se ceñía, y unos cascabeles de oro para los pies.

Una rodela que tenía en medio una plancha de oro redonda, la cual rodela estaba bordada con plumas ricas; en lo bajo de la rodela salía una banda de plumas ricas en la forma que se dijo arriba.

Un báculo labrado de mosaico de turquesas, y en la vuelta de arriba puestas unas piedras ricas o perlas enminentes en lo alto de arriba.

Unas cotaras como los señores las solían traer.

Todas estas cosas llevaban los mensajeros y las presentaron, según dicen, a don Hernando Cortés.

Otras muchas cosas le presentaron que no se escriben, como fue una mitra de oro hecha a manera de caracol marisco con unos rapacejos de plumas ricas que colgaban hacia las espaldas, y otra mitra llana también de oro, y otras joyas de oro que no se escriben.